Comportamiento del tratamiento con medicamentos biológicos en psoriasis moderada -severa

Abstract

La psoriasis es una enfermedad de reacción autoinmune mediada por linfocitos T, en la cual ocurre una aceleración en la velocidad de crecimiento epidérmico, que hace que las células de la piel maduren en poco tiempo y se haga un recambio más rápido produciendo su acumulación, en lugar de desprenderse por sí solas. La acumulación de queratinocitos forma placas eritematoescamosas con tendencia a la simetría y ubicación bilateral. Las lesiones se localizan principalmente en cuero cabelludo, codos, rodillas, y parte inferior de la espalda, aunque pueden llegar a afectar cualquier área del cuerpo humano, como la psoriasis invertida que afecta pliegues cutáneos, presentando inflamación, dolor, grietas e incluso sangrado. La enfermedad no se cura, pero existen actualmente numerosas modalidades terapéuticas que ayudan a reducir la extensión de las lesiones, disminuyendo su gravedad y mejorando los síntomas, como es el caso del tratamiento tópico o sistémico, que se utilizan individualizando cada paciente en el curso de su padecimiento. Dentro de los medicamentos sistémicos los que han mostrado mayor perfil de seguridad y eficacia son los medicamentos biológicos, los cuales se administran mediante inyección o infusión intravenosa.